jueves, 28 de octubre de 2010

Milagros de Octubre



Cinta de los hermanos Daniel y Diego Vega premiada en Cannes, fue estrenada en nuestra capital en el mes morado. Esta película demuestra que el cine peruano va por buen rumbo pese al bajo presupuesto que se le asigna a este rubro artístico.


Cuando no terminábamos de celebrar el reconocimiento mundial de La teta asustada, una película que marcó un buen precedente en nuestra filmografía, los peruanos celebramos otro reconocimiento cinematográfico, se trataba de Octubre una película que recibió nada menos que el Premio del Jurado en el Festival de Cannes, un reconocimiento más valioso incluso que del mismo premio Oscar.

Octubre es la historia de un prestamista, cuyo círculo social crea situaciones adversas que cambian su vida significativamente. Estos cambios repentinos obedecen a la vida dura que se lleva en una ciudad donde los delincuentes, falsificadores y demás habitantes que no viven, sino sobreviven.

Pese a que hace meses ya se conocía la noticia sobre el galardón obtenido, esta película recién fue estrenada en nuestra capital en el mes morado. Sin embargo, en el extranjero ya tuvieron la oportunidad de admirarla, donde se rescató críticas favorables que hablan de un futuro promisorio para nuestro cine que se distinguía (y distingue) por carecer de presupuesto, pero no de grandes ideas.

Esta película se suma a los grandes logros que ya ha obtenido otro grupo de películas como La teta asustada, Días de Santiago, Tinta Roja, Madeinusa, La ciudad y los perros, Bajo la piel, Contracorriente, entre otras.

Otra buena noticia es que Octubre se vendió a Alemania, Suiza, Austria y Canadá, donde ha tenido el éxito esperado. Otros países interesados fueron Francia y España, gracias a este premio que valora y publicita el cine joven a nivel mundial.


DATOS
* El Premio del Jurado de “Una Cierta Mirada”, reconoce las propuestas arriesgadas y de jóvenes realizadores.
* Octubre fue rodada con un presupuesto limitado de 75.000 dólares.
* Carlos Gassols fue premiado como Mejor Actor en el Festival de Vladivostok, el primer galardón fílmico de su trayectoria.
* Fue considerada la mejor obra peruana por Conacine en el reciente Festival de Lima.

martes, 20 de julio de 2010

Los abrazos rotos de Pedro Almodóvar


Los abrazos rotos (2009) es la última película de Pedro Almodóvar, aquel director que en un tiempo no muy lejano era uno de los tantos directores responsables de mis noches de insomnio y el único responsable de los orgasmos fílmicos más emblemáticos que recuerdan estos ojitos que han de comerse los gusanos.

Del cine de Almodóvar recuerdo con nostalgia que siempre me gustó la crudeza con que mostraba los barrios marginales de España, los personajes que oscilaban entre la extravagancia y la profundidad de sus frases, su afición a la buena música, sus chicas Almodóvar que siempre me dejaban salivando cual perro de Pavlov, y que en boca de mis amigos eran unas ricuras hechas carne. Estas estructuras cinematográficas, con el correr de los años, se fueron convirtiendo en el sello almodoriano, típico de un director dispuesto a poner sobre el celuloide todo, hasta su propia vida sin excepciones.

Almodóvar es quizá uno de los directores más controversiales, más experimentales, más Pop, más odiados, más putones y por ende uno de los más criticados, porque si ser artista es de por sí llamativo, ser artista y ser maricón ya es escandaloso, así uno haya nacido en la mismísima madre patria.

La última película de Almodóvar no provoca efecto de curiosidad porque una vez frente a la pantalla el espectador siente que aquello que cuenta Almodóvar ya lo ha visto en otros trabajos del director; entonces, Los abrazos rotos termina desgañitándonos pero de apatía, con una historia que sin ser mala es repetitiva en el cine almodoriano que reclama a gritos un viraje considerable para salir de esa etapa que el director manchego parece haberse encasillado desde películas como La mala educación (2004), Volver (2006) y estos abrazos tan rotos que la única sensación que nos producen al final es la del desamparo fílmico.

El tono medio detectivesco que Los abrazos rotos imprime a través de sus imágenes nos conduce a duda, a la duda de saber si estamos viendo una película de suspenso, un Thriller o la historia de un invidente como Harry Caine, ocultando una verdad que termina siendo escondida de forma tan ingenua que cuando nos explota en la cara, intuimos desde mucho antes que ya la suponíamos.

Llena de referencias a otras cintas, Pedro Almodóvar no pierde la oportunidad de rendir tributos visuales a películas como Ocho y medio, Fanny y Alexander, Ascensor para el cadalso y a directores como Fritz Lang, Jules Dassin, Nicholas Ray, por ello es que muchos han intentado darle una óptica distinta a este filme, tildándola como una cinta de director.

Con tintes surrealistas, este último trabajo del director manchego nos permite ver la manera de cómo, a partir de su propio universo el propio Almodóvar no ha logrado, a pesar de los años, obtener un dominio absoluto de sus historias, porque los que hemos visto las cintas de Almodóvar sentimos que cuando el director español hace una buena película, es digna de aplauso. Con Los abrazos rotos, muchos incidentes enmarcados en venganzas pasadas se mezclan con una trama que se enreda y que toma un camino que ni los espectadores ni el propio director parecen saber en qué concluirá. Ese avanzar sin norte, ese evidente tronco argumental que parece pegar de todo un poco, sin pies ni cabeza, termina motivándonos a aplaudir, pero de la felicidad de haber terminado una mala película de Almodóvar, para finalmente abrir el DVD con nostalgia, sacar el disco para almacenarlo en un cementerio de películas donde aún descansan aquellas cintas almodorianas que en otros tiempos nos provocaron los orgasmos fílmicos más lindos que hoy extrañamos a pesar de los años. (Por Eduardo Reyme)

miércoles, 3 de febrero de 2010

Qué tal Teta!!!


Bueno, después de escuchar que La Teta Asustada está entre los 5 nominados al Oscar, uno no puede ocultar su sonrisa e incluso va más contento al trabajo (sobre todo cuando escucha que Magaly Solier recibió con alegría esta noticia en su chacra de Huanta y que finalmente ella solo quiere hacer bien las cosas en la vida para terminar siendo después de la vida un "bonito cadáver").

Aunque todos sabemos que la Berlinale es mucho mejor que el Oscar, uno no puede dejar de felicitar a ese par de peruanas (al final son más que un par, por todo el equipo y esfuerzo que demanda hacer una película en el Perú) porque de todas maneras reviven ese orgullo tan mellado de los peruanos en el día a día.

De seguro ya muchos han visto la película de Claudia Llosa y los que no, ya estarán comprando la película en el puesto pirata más cercano. Bueno, así es la vida.

De seguro todos estarán pendientes del día de la premiación e imaginarán a Magaly Solier cantando en quechua... pero ojo, no es por pesimista ni nada por el estilo, pero los otros competidores son de lujo. Así tenemos a nada menos que a "La cinta blanca" de Haneke, que ya ganó nada menos que el Cannes. Además tenemos a Campanella y a "El secreto de tus ojos", que ya había tenido experiencia con esto de los Oscar con "El hijo de la novia". Asimismo tenemos a 'El profeta', la candidata de Francia, y 'Ajami', de Israel (de cuyos directores no tengo idea).

Bueno, aquí les dejo con un estracto de "El secreto de tus ojos", un plano secuencia tan alabado y criticado a la vez. Ojalá llegue al Perú y a los cines peruanos estas películas que valen la pena. Sino, caballero no más, a Polvos Azules, ahí donde venden películas independientes, películas que no suele ver la masa bien amasada.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Old Boy

Venganza, venganza, ven-gansa

Amor, odio, desengaño, acción y venganza. Venganza pura, racional, misteriosa, perturbadora, traumática, sangrienta. Si todavía recuerdas del coreano que asesinó como loco a sus compañeros del Virginia Tech, tienes que mirar esta película para que sepas a qué grado puede llegar el ser humano cuando decide trasgredir uno de los pecados capitales para sentir satisfacción en la vida.

Dirigida por Park Chan-wook, Old Boy pertenece a la Trilogía de la Venganza (compuesta por Sympathy for Mr. Vengueance, Old boy, Sympathy for Lady Vengueance) de este director coreano que forma parte del grupo de cineastas asiáticos que nos hacen ver más allá de las aventuras obvias, previsibles y ridículas que acostumbra parir el cine estadounidense.

Buen argumento, buenas actuaciones, buena fotografía. Una película que tienes que ver de todas maneras para morirte tranquilo, aun sin haber dejado testamento.

jueves, 29 de enero de 2009

Underground, “Érase una vez un país”

Toda guerra es absurda. Lo absurdo puede ser cómico. Lo cómico puede ser arte y el arte es una guerra constante. A partir de este silogismo carente de claridad y abundante en "absurdismo", expreso mi satisfacción por escoger esta película entre tantas opciones que me mostró mi caserita en un puesto de Polvos Azules.

Urderground, dirigida por Emir Kusturica, es una película que desarrolla un análisis digestivo de los 50 años de un país que sufrió las estupideces a veces suelen cometer los seres humanos. Estupideces que tienen que ver con la religión, nacionalismo o política, motivos bélicos que al final solo algunos conocen, o creen conocer.

Yugoslavia, un país que como muchos fue víctima de la II Guerra Mundial, soporta y sufre los bombardeos del enemigo, luego del país aliado y finalmente sufre el peor de los atques, el de los malos gobernantes y de la gente pendeja -no solo hay en el Perú- que se aprovecha de la situación.

Dentro de ese clima patriotero, Marko y Blacky, dos ladrones, traficantes de armas, mujeriegos, juergueros y mataperros que, con la fuerza que da la juventud y la conchudez, se convierten en una leyenda esperanzadora para el pueblo que resiste el ataque alemán.

Ambos amigos del alma se enrumban en el negocio del tráfico de armas que abastece al disminuido ejército yugoslavo, lo que les hace crear una fábrica oculta en un gran sótano, donde los trabajadores son personas refugiadas que huyen de los fusilamientos, los bombardeos, las torturas y del hambre. Con estas personas, los amigos arman un negocio redondo con el cual se darán licencia para visitar prostitutas, irrumpir en teatros, matar alemanes, armar fiestas frívolas y dejarse perseguir por una banda musical que los acompaña a donde haya que cometer nuevas locuras.

La simbiosis amical se romperá (adivinen por qué) por la disputa de una mujer. Natalija es una actriz que para sobrevivir, junto con otros artistas, brinda espectáculos a los invasores alemanes que la idolatran, principalmente Franz, un oficial de Hitler que piensa desposarla. Blacky, amante perpetuo de Natalija, la secuestra y empieza una suerte de novela teatral matizada por el humor de Kusturica, quien construye esta historia llena de simbolismos que critican las paradojas halladas en las personas comunes, en las decisiones de los gobernantes y de los ciudadanos en general que por miedo a enfrentarse a algo peor, prefieren vivir en la ignorancia.

Natalija pronto se convierte en la manzana de la discordia entre Blacky y Marko, lo que les lleva a pelear silenciosamente entre ellos. Pero la suerte corre del lado de Marko y por circunstancias que no quiero contar, Blacky termina en el sótano con los demás refugiados, quienes engañados por Marko, creen que la II Guerra Mundial continúa, pese a haber transcurrido 20 años. La historia se convierte aún en más interesante cuando los del sótano deciden explorar el exterior mediante un arma que fabrican para hacerle frente al enemigo. Ya se imaginan la sorpresa que se llevan pronto.

En Underground, la música es uno de los personajes principales, ya que siempre está presente: durante peleas, flasbacks, imágenes de archivos históricos, la escena del de un matrimonio subterráneo, etc. La banda de trompetas acompaña las aventuras de los personajes principales hasta el final de la película.

Otro rasgo especial de Underground, es el montaje “histórico” a manera de Forrest Gump (1994), de Robert Zemeckis. En la pantalla se ve a Marcko en todos los momentos trascendentales de Yugoslavia, junto a los muertos, junto a los altos generales, en la tregua, junto al nuevo gobernante, etc.. Claro que es un guiño y a la vez una mofa al cine norteamericano.

Como se sabe, más por la televisión que por estudios, los yugoslavos continuaron con la guerra hasta mediados de la década de 1990, lo que también es tratado en la película. Los ciudadanos de este estado libran una lucha interna entre naciones separadas por la religión, el nacionalismo y el resentimiento, lo que finalmente termina en la ruptura y desaparición del país. La frase que se pega en la mente de cualquiera es “Ninguna guerra es una guerra hasta un hermano mate a su hermano”.

La escena final de la película es una llamada de atención final. Es lo que todos los personajes habrían deseado, la felicidad perfecta: un pedazo de tierra para empezar otra vez y crear la nación feliz que tanto les costó en vida.

viernes, 9 de enero de 2009

Following de Nolan

Following (Perseguidor-1998) en la segunda película de Cristofer Nolan, aquel responsable que recobró el interés del público hacia Batman, quien fue herido de muerte por el hasta ahora su peor enemigo: el sicodélico Joel Schumacher.

Following trascurre en las calles de Londres, en las idas y venidas de un aspirante a escritor que al hallarse solo, inventa pasatiempos acordes a su temperamento destemplado. Uno de ellos es seguir a las personas. Seguir por seguir, seguir para ver a dónde van. No necesariamente seguir para alcanzar, sino para seguir simplemente, sin intenciones sexuales de por medio, sin jugar a detective, sino seguir simplemente.

A medida que el juego se hace más interesante, también se hace más peligroso. Así, el protagonista, que creó ciertas reglas personales a su juego, rompe la regla principal: no seguir dos veces a la misma persona. Con la rotura de dicha regla, se inicia una serie de peripecias que terminan por involucrarlo en un crimen que no cometió, o que cometió sin saberlo.

Curioso es el guiño que hace el director al mostrar el símbolo de Batman en la puerta de la habitación del protagonista. Un guiño que nos anticipa que Nolan ya estaba decidido a filmar el Batman que superaría al de Tim Burton y haría del Guasón, uno de los mejores villanos de los últimos tiempos. Pese a su corta duración (67 minutos), Following es una película indispensable en nuestros anaqueles de Vds. piratas. Su tratamiento, su simplicidad, las actuaciones y la proyección en blanco y negro le hacen todavía más interesante. (F.R.)

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Reflexiones sobre "Dioses" de Josué Méndez

Película caricaturiza la clase alta limeña
Texto de Lucas L.
¿A qué se refiere un director de cine cuando dice que quiere retratar a una determinada clase social mediante una película? Nunca lo entendí. ¿Solo se referirán a determinados arquetipos? Por ejemplo: si se retrata a un personaje de clase social baja, se buscarán cerros, invasiones, música chicha, combis, borrachos de cantina, pandillaje, descampados, etc. Si se retrata a una clase alta, pues se consiguen casas de playa, música electrónica, autos de moda, chicos y chicas lindas, empleadas con uniforme, etc. ¿Será correcto emplear el término “retratar”? Prefiero el de caricaturizar.

En Dioses, segunda película de Josué Méndez, se resalta y exagera la frivolidad, el machismo, la actitud de las empeladas, la visión de los ricos hacia los pobres, las costumbres, además los sueños y deseos de estos personajes envidiados por la clase baja que (según la película) vive en desorden, a la deriva, habla quechua, se muere por ser de alta sociedad y mata por un poco de estatus.

¿Caricaturizar? Sí, porque si muestran en la pantalla a una mujer autóctona de Arequipa, se oye de fondo una flauta andina. Porque si hay una fiesta nice de chicos bien, se oye música electrónica. Porque si se reúnen señoras de clase alta, todas son mantenidas por sus maridos y estas se reúnen solo para hablar tonterías. Porque el marido millonario siempre tendrá una amante y las empleadas siempre hablarán quechua y se dejarán acosar por los hijos de los ricos.

Bueno. Si hay algo que resaltar con halagos en esta película, es la actuación de Maricielo Effio que de a pocos deja de ser la siempre Paquita Peruana -que anhela trabajar con Xuxa la brasileña- para ser Elisa, una arribista acomplejada de la clase media que avergüenza de su familia, etc y etc. La escena del ensayo e imitación que hace Elisa del lenguaje propio de los pitucos (otro arquetipo), se lleva toda la risa, carcajada, admiración y aprobación del público que paga su boleto en el Cine Planet. Sin duda, Maricielo demuestra madurez histriónica porque su personaje es el más logrado, creíble que además viene con un motivador bonus track (del torso desnudo que a más de uno habrá echo olvidar a la niña coronada por un sombrero estúpido de copa alta que cantaba Ilari lari eh, oh oh oh).

El otro personaje central, Dieguito (Sergio Gjurinovic), el hijo de Agustín (Edgar Saba), hace recordar inevitablemente a Joaquín Camino (Santiago Maguill) en “No se lo digas a nadie” de Lombardi. Solo que éste no tiene inclinaciones homosexuales, sino deseos de transgredir ciertas reglas morales y cometer el tan imprecado incesto con su hermana Andrea (Anahí de Cárdenas). El carácter sensible, afeminado, engreído, llorón, huevón (como dice su padre), nos hace rememorar a Joaquín que huye de casa por su padre machista y porque la sociedad no le permite ser él mismo en todos los determinados. También guiña el ojo a Julius de Bryce, cuando demuestra cierta dependencia por las empleadas, el aislamiento hacia la servidumbre, cuando las cosas salen mal.

Aunque la actuación, en algunas escenas, exagera en gestos alpinchistas, es un personaje que -como diría un crítico de cierto diario- inspira lástima, compasión, amistad. Logra su cometido y, como dicen los críticos, es un actor que promete (ja).
Las demás actuaciones solo complementan la historia. Los amigos del padre, de los hijos del padre y de la mujer arribista, solo son personajes que aparecen, dicen cosas “ingeniosas” de sitcom gringa y desaparecen. Queda la sensación de faltar algo más, algún giro radical en el argumento (quizás un muerto, una bomba, un golpe de estado, una revolución chavista, algo así :-s). Aún con todas sus carencias, la película supera a otras estrenadas anteriormente, a otras que también llegaron con la bulla de bombos, platillos y un desfile de orgullo gay.

Para terminar. Si antes se decía que el cine peruano solo era un conjunto de malas palabras y calatas de turno, actuaciones de teatro o en todo caso: sobreactuaciones parecidas a las que hacían El Chavo y la Chilindrina cuando remedaban al Profesor Jirafales y a Doña Florinda, respectivamente; pues, como muchos ya se habrán dado cuenta, el cine peruano está en mejora, gracias a jóvenes directores como Josué Méndez que no se encierran en temas de "moda", temas recontra tocados, o regresan a la violenta y vendedora época del terror.

Lo malo
* Faltó de todas maneras el desarrollo de otros personajes. Tal vez (lo digo desde mi butaca) faltó resaltar más la hipocresía de las mujeres pitucas; faltó trabajar más en los amigos de Dieguito y Andrea. O ¿la intención era mostrar personajes más que solitarios y vacíos por dentro y por fuera?
* La elipsis de más o menos un año, al final de la película, deja al espectador con el pop-corn a medio masticar. Pues muchos no se lo tragaron. Parece solo un final alternativo. No, nada, no se cree. Además, todo el argumento es un 90% predecible.

Lo mejor
* La escena en el que Elisa mita y entrena los modos, frases, tonos y gestos del lenguaje pituco.
* La escena en donde Dieguito es guiado por su padre en la fábrica que pronto dirigirá. La aparición del padre de izquierda a derecha, como si Dieguito conversara con dos o cuatro personas a la vez, ese montaje llama la atención y fascina a cualquier aprendiz de Adobe Premier.
Nos vemos hasta que vea "Un cuerpo desnudo", de Pancho Lombardi.